Tokio es una ciudad inmensa y llena de cosas por hacer, a pesar de ser una ciudad moderna y futurista sigue habiendo lugares tradicionales y aquí te dejamos algunos de los templos que sí o sí tienes que visitar en tu viaje a Tokio.
1. Santuario Meiji Jingu
Es un santuario sintoísta que se edificó en honor al emperador Meiji y a su esposa, la emperatriz Shoken, por el papel que el emperador desarrolló durante la Restauración de Meiji. El emperador tomó las riendas del trono en el momento en el que Japón dejaba atrás el período feudal de Edo y empezaba a abrirse al mundo.
La construcción comenzó unos años después de la muerte de los emperadores en 1915 y finalizó seis años más tarde.
El santuario se ubicó junto al parque Yoyogi, en una zona donde había un campo de lirios que los emperadores solían visitar a menudo. El Santuario Meiji está dividido en dos zonas: el Naien, que es el recinto interior y que tiene un museo con pertenencias del Emperador y la Emperatriz; y el Gaien o recinto exterior, donde se encuentra el Memorial de Galería Pictórica Meiji, con 80 murales que ilustran los sucesos más importantes de la vida de los emperadores. Si visitas el Santuariuo Meiji en fin de semana seguro que te encuentras con alguna boda sintoísta.
En el camino principal hacia el Santuario encontrarás un torii construido en madera de cedro. Otro de los puntos de interés son los barriles de sake donados como ofrenda al Santuario Meiji.
2. Templo Senso-ji
Es el templo budista más antiguo de Tokio. Se encuentra en el barrio de Asakusa, una de las zonas más tradicionales de Tokio. El templo está dedicado a Kannon, el Dios de la misericordia. Cuenta la leyenda que unos pescadores encontraron la estatua del Kannon en el río en el año 628. El jefe de la aldea decidió consagrarla. Para ello, remodeló su propia casa para convertirla en un templo. Así, los habitantes de Asakusa podían ir a rendirle culto siempre que quisieran.
El templo ganó mucha popularidad e importancia durante el periodo de Edo. Fue en esta época cuando se construyeron la mayoría de edificios que forman el complejo del Templo Senso-ji. Al igual que sucedió con el Santuario Meiji, el Templo Senso-ji también fue bombardeado durante la Segunda Guerra Mundial. Muchos edificios del templo tuvieron que ser reconstruidos.
El templo de Senso-ji tiene varios accesos. El más bonito acceso es por la puerta Kaminarimon, la puerta de los truenos. Es uno de los símbolos del barrio y cruzarla es una de las cosas que hacer en Tokio. Se trata de una enorme puerta de color rojo con un farolillo también rojo colgado en el centro.
Si tienes la oportunidad, acércate hasta el templo Senso-ji a primera hora del día, cuando todavía no hay muchos turistas, para disfrutarlo tranquilamente. También te lo recomendamos de noche, cuando la iluminación lo transforma.
3. Santuario Hie Hinja
Es un santuario sintoísta dedicado al Dios Oyamakui no Kami. No se sabe exactamente la fecha de su construcción. Lo que sí se sabe es que en 1607 se trasladó fuera de los terrenos del castillo para que fuese accesible para todo el mundo.
La estructura del templo actual se debe a una reconstrucción de 1958, debido a que resultó afectada durante los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial.
El templo se encuentra en el barrio de Akasaka, en una zona de grandes edificios y avenidas. Una de las cosas que lo convierten en uno de los mejores templos de Tokio es su pasillo de toriis. El templo tiene varias entradas. En la entrada oeste hay un túnel con un centenar de estas características puertas rojas que seguro que te recordará al Fushimi Inari-Taisha de Kioto.
4. Templo Gotokuji
Este templo budista es famoso por los gatos japoneses de cerámica. Este amuleto, que en japonés se conoce como maneki-neko, representa un gato con la pata superior derecha levantada. Cuenta la leyenda que un día, un señor feudal bastante rico fue sorprendido por una gran tormenta y decidió cobijarse dentro de un árbol cerca del templo Gotokuji. Mientras esperaba que la tormenta cesara, vio a una gata que parecía que le hacía señas para que se acercara a ella, que estaba en la puerta del templo. Tenía una mano levantada y parecía estar agitándola. El hombre, bastante extrañado por el gesto, decidió acercarse a la gata para verla mejor. En ese momento, un rayo cayó sobre el árbol en el que se había resguardado.
Tan agradecido estaba al gato por haber salvado su vida que decidió donar al templo campos de arroz y tierras de cultivo. Además, pagó las reparaciones necesarias y fue así como el templo, que hasta ese momento era un lugar muy pobre y con muchos problemas económicos, empezó a prosperar. Y todo gracias al gato, que se convirtió en el auténtico protagonista del templo.
Y con esto cerramos la lista de los templos en Tokio que deberías visitar. Recuerda que si vas a viajar al extranjero, no hay nada mejor que viajar con la tranquilidad y protección de un seguro de viajero. No tendrás que preocuparte si se cancela tu vuelo, pierdes tu equipaje, o cualquier tipo de accidente o enfermedad durante tu viaje te ayudarán a resolverlo. Además de contar con asistencia médica, cuentas con la protección que necesitas. Existen pólizas que te protegen durante todo un año en cualquier parte del mundo o bien solo te cubren los días que viajaras.
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